miércoles, 11 de abril de 2012

Salud

La salud no está de mi parte.

Odio los hospitales. Me impacto cuando llego a ellos. Tan solo el olor a alcohol ya me produce escalofríos, el hecho de ver personas con batas me da miedo. Es curioso. Hubo un tiempo que quise ser médica. Todo lo que tenga que ver con salvar vidas o ayudar a mejorar la vida de los demás me apasiona. El problema es que la sangre, las agujas y yo no somos amigas. Además estudié letras puras. Me resulta impresionante la labor de los médicos. La considero una de las más difíciles y creo que son de admirar.

Me cuesta mucho controlar los nervios cuando alguien se pone enfermo. Me asusto sin más. Cuando peor lo paso es en el momento que se que está en el hospital. Es como si se pasara por mi mente repetidas veces que se va a morir. Se que no tiene lógica, pero no lo puedo controlar. Quizás de ahí mi miedo a las visitas. Esta vez no puedo ir a verte. Me duele en el alma. No se cuántas veces te has visto en esa habitación solitaria que huele a legía. Se que lo odias, que lo pasas mal, que te asustas y que te frustras porque tengamos que ir a verte los demás. Estoy segura que esta vez no serán semanas, ni meses ni operaciones de vida o muerte.  Ojalá que en breve estés en tu sofá orejero de casa y podamos hablar con tranquilidad.


Hoy solo quiero salud para todos.

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