Amigas que se convierten en familia, no solo en familia, son tesoros, no solo tesoros, son oxígeno, no solo oxígeno, son nuestra otra mitad. Te quiero.
Ya puedo tener un día bueno, un día regular, un día malo, un día normal, un día extraño, un día diferente, un día aburrido, que, siempre, siempre, está ella ahí. Este día, como no iba a ser diferente, ha seguido estando ahí,pero, alrededor de las 16.00 de la tarde me ha llegado esta sorpresa a casa de su parte. Todavía no se me ha borrado la sonrisa, pero se me agranda cuando me hace cosquillitas el corazón al revivir cómo he abierto el paquete, he sacado una cosa y se me han puesto los ojos vidriosos, he abierto otra y, he esbozado una carcajada, he abierto la taza y me he echado a llorar, he leído tu escrito y no he podido parar. Cukiii, ¿ Cómo se puede ser tan grande?
Justo ahora, que quizás es cuanto menos me lo merezco. De verdad, muchas gracias. Yo ya sabía la suerte que tenía de tenerte, pero,con cada una de tus demostraciones creo que me ha caído un ángel del cielo contigo. Un trébol que me acompaña a cada paso que doy para que sea más fácil el camino, un budhita que hace que cada vez que caiga, me levante. Gracias, Gracias, Gracias.
Ya de por sí, quien me conozca sabe que me encantan los detalles, pero si vienen de tí, la ilusión es inmensamente mayor. Sabes cómo soy perfectamente y se que sabes cómo me ha gustado esto. Hace muchos años supe que seríamos amigas, ahora se, que eres mi familia.
Muchas gracias por todo lo que haces por mí. Hace mucho encontré una amiga, de las de verdad, de las que te escuchan, te aconsejan, te perdonan y están ahí en lo bueno y en lo malo. Hace mucho me enseñaste el valor de la amistad, una amistad que al principio fue muy despacito pero, con el tiempo, se ha hecho inseparable.
Contigo, todos los días son buenos para sonreir.
No te vayas nunca, porque no puedo estar sin tí.
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